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MUSEO ARQUEOLÓGICO JOSE Mª SOLER
Horario: Abierto: Martes a viernes: de 10 a 14 h. Sábados, domingos y festivos: de 11 a 14. Cerrado: Todos los lunes (excepto vísperas de festivos) 1 y 6 de enero y 25 de diciembre. Visitas guiadas para grupos previa cita. El Museo garantiza el acceso a personas con movilidad reducida. Se dispone de información en español, inglés, francés y alemán.
Horario: Abierto: Martes a viernes: de 10 a 14 h. Sábados, domingos y festivos: de 11 a 14. Cerrado: Todos los lunes (excepto vísperas de festivos) 1 y 6 de enero y 25 de diciembre. Visitas guiadas para grupos previa cita. El Museo garantiza el acceso a personas con movilidad reducida. Se dispone de información en español, inglés, francés y alemán.
Historia
El Museo Arqueológico Municipal de Villena se inauguró el 3 de noviembre de 1957 con los materiales reunidos por José María Soler a lo largo de más de cuarenta años de trabajos arqueológicos en Villena y su entorno.
El Museo Arqueológico Municipal de Villena se inauguró el 3 de noviembre de 1957 con los materiales reunidos por José María Soler a lo largo de más de cuarenta años de trabajos arqueológicos en Villena y su entorno.
El descubrimiento de los tesoros de Villena en 1963 propicia que el Ministerio de Cultura considere la importancia de estas colecciones para crearlo oficialmente en 1967 bajo la denominación de "Museo Arqueológico José María Soler". Desde entonces, los fondos se han incrementado y hoy en día permiten establecer un recorrido histórico de la comarca del Alto Vinalopó, desde el Paleolítico hasta el siglo XX.El Museo cuenta con piezas procedentes de los términos municipales de Biar, Benejama, Campo de Mirra, Cañada, Caudete, Salinas, Sax y Villena, aunque son especialmente relevantes el fabuloso conjunto del Tesoro de Villena, los materiales prehistóricos del Cabezo Redondo, y los ibéricos y medievales de El Puntal de Salinas y del Castillo de la Atalaya, respectivamente.
Los Tesoros
Año áureo, así fue como el ilustre arqueólogo José María Soler calificó 1963, año en que aparecieron dos conjuntos excepcionales que marcarían el devenir de la investigación y de la ciudad de Villena. El primero de ellos fue el Tesorillo del Cabezo Redondo y luego el más espectacular y voluminoso Tesoro de Villena.En el mes de abril de ese año el cerro del Cabezo Redondo estaba siendo explotado como cantera de yeso. José María Soler, por entonces Director del Museo Arqueológico Municipal, recuperaba la máxima documentación arqueológica posible no sin dificultades: sus reivindicaciones sobre el valor histórico del asentamiento fueron inútiles. En ese contexto se produjo casualmente el hallazgo del “Tesorillo del Cabezo Redondo”, que fue el detonante para que años después el poblado se expropiara y se declarara Monumento Histórico-Artístico. El preciado lote está formado por 35 piezas en su mayor parte de adorno personal, como una diadema, anillos, brazaletes, colgantes, cuentas de collar, espirales, cintillas y un pequeño lingote de oro. Todo parece indicar que se trata de una ocultación, aunque las circunstancias del descubrimiento impiden saber con exactitud cual era su ubicación original.Nadie hubiera sospechado que aquel espléndido hallazgo iba a ser superado meses después por otro de mayor entidad que conmocionó a la comunidad científica y a todo el país.
Año áureo, así fue como el ilustre arqueólogo José María Soler calificó 1963, año en que aparecieron dos conjuntos excepcionales que marcarían el devenir de la investigación y de la ciudad de Villena. El primero de ellos fue el Tesorillo del Cabezo Redondo y luego el más espectacular y voluminoso Tesoro de Villena.En el mes de abril de ese año el cerro del Cabezo Redondo estaba siendo explotado como cantera de yeso. José María Soler, por entonces Director del Museo Arqueológico Municipal, recuperaba la máxima documentación arqueológica posible no sin dificultades: sus reivindicaciones sobre el valor histórico del asentamiento fueron inútiles. En ese contexto se produjo casualmente el hallazgo del “Tesorillo del Cabezo Redondo”, que fue el detonante para que años después el poblado se expropiara y se declarara Monumento Histórico-Artístico. El preciado lote está formado por 35 piezas en su mayor parte de adorno personal, como una diadema, anillos, brazaletes, colgantes, cuentas de collar, espirales, cintillas y un pequeño lingote de oro. Todo parece indicar que se trata de una ocultación, aunque las circunstancias del descubrimiento impiden saber con exactitud cual era su ubicación original.Nadie hubiera sospechado que aquel espléndido hallazgo iba a ser superado meses después por otro de mayor entidad que conmocionó a la comunidad científica y a todo el país.
En el mes de octubre de 1963 apareción un brazalete de casi medio kilo de oro, entre las arenas de una obra que se estaba edificando en una céntrica calle de Villena. José María Soler, en calidad de Comisario Local de Excavaciones Arqueológicas del Ministerio de Cultura recibió la noticia y decidió realizar con sus colaboradores una excavación arqueológica en el lugar de procedencia de aquellas gravas, la Rambla del Panadero, en la vilenense Sierra del Morrón. Estos trabajos pusieron al descubierto, al atardecer del 1 de diciembre de ese año el Tesoro de Villena, hallado en el interior de una vasija de cerámica que había sido ocultada en dicho paraje
El Tesoro está formado en su mayoría por piezas de oro: 11 cuencos, fabricados con chapa de oro batido; 28 brazaletes que constituyen el conjunto más numeroso con piezas lisas, molduradas y caladas; tres botellas, y varias piezas diversas. También lo forman cinco botellas, dos de oro y tres de plata, fabricadas en una sola pieza; dos piezas mixtas – un botón de ámbar y oro y un remate de hierro y oro- y, por último, un brazalete de hierro. En total casi 10 kilos de oro de gran pureza, y más de 600 gramos de plata. El significado
La inexistencia de restos arqueológicos en las inmediaciones del lugar del hallazgo conlleva una serie de dificultades a la hora de valorar su significado y atribuirle una cronología. Según su descubridor, estamos ante una ocultación realizada por un jerarca o rey, o por un grupo de individuos en un momento de peligro. Los cuencos y las botellas podrían interpretarse como una vajilla de tipo religioso o de lujo de uso doméstico. Los brazaletes son objetos de adorno personal que conservan señales de uso. La existencia de un cetro quizás haga relación a la pertenencia del tesoro a un solo individuo o familia de alto prestigio. También puede tratarse en su conjunto de una dote femenina, o, de una acumulación de oro de un orfebre, etc. En cuanto a la cronología, algunos investigadores, entre ellos J. M. Soler, aceptan como fecha de la ocultación el año 1.000 a C. Para defender esta hipótesis se basa en varias cuestiones como la tipología de la vasija utilizada para la ocultación, ya que el análisis de la pasta y la forma se corresponden con la cerámica local de los momentos finales de la Edad del Bronce. Por otro lado, la presencia de dos piezas de hierro junto a otras de oro y plata, es fiel reflejo del valor precioso del hierro antes de su uso generalizado para la fabricación de armas y utensilios durante la Edad del Hierro. La introducción de este metal en la Península se relaciona con contactos mediterráneos que se inician alrededor del año 1.000 a C. Otro indicador cronológico según J. M. Soler se halla en la correlación existente entre el Tesoro de Villena y el Tesorillo del Cabezo Redondo. Éste está fechado en el momento de abandono del poblado en torno al año 1000 a.C. Los paralelos entre las joyas del Tesorillo - anillos moldurados y un fragmento de lámina con púas – y algunos de los brazaletes del Tesoro, le induce a pensar que se trata de dos depósitos efectuados al final de la Edad del Bronce.
La inexistencia de restos arqueológicos en las inmediaciones del lugar del hallazgo conlleva una serie de dificultades a la hora de valorar su significado y atribuirle una cronología. Según su descubridor, estamos ante una ocultación realizada por un jerarca o rey, o por un grupo de individuos en un momento de peligro. Los cuencos y las botellas podrían interpretarse como una vajilla de tipo religioso o de lujo de uso doméstico. Los brazaletes son objetos de adorno personal que conservan señales de uso. La existencia de un cetro quizás haga relación a la pertenencia del tesoro a un solo individuo o familia de alto prestigio. También puede tratarse en su conjunto de una dote femenina, o, de una acumulación de oro de un orfebre, etc. En cuanto a la cronología, algunos investigadores, entre ellos J. M. Soler, aceptan como fecha de la ocultación el año 1.000 a C. Para defender esta hipótesis se basa en varias cuestiones como la tipología de la vasija utilizada para la ocultación, ya que el análisis de la pasta y la forma se corresponden con la cerámica local de los momentos finales de la Edad del Bronce. Por otro lado, la presencia de dos piezas de hierro junto a otras de oro y plata, es fiel reflejo del valor precioso del hierro antes de su uso generalizado para la fabricación de armas y utensilios durante la Edad del Hierro. La introducción de este metal en la Península se relaciona con contactos mediterráneos que se inician alrededor del año 1.000 a C. Otro indicador cronológico según J. M. Soler se halla en la correlación existente entre el Tesoro de Villena y el Tesorillo del Cabezo Redondo. Éste está fechado en el momento de abandono del poblado en torno al año 1000 a.C. Los paralelos entre las joyas del Tesorillo - anillos moldurados y un fragmento de lámina con púas – y algunos de los brazaletes del Tesoro, le induce a pensar que se trata de dos depósitos efectuados al final de la Edad del Bronce.
Los restos más antiguos documentados hasta el momento en Villena corresponden al PALEOLÍTICO MEDIO. Hace 50.000 años. José Mª Soler enseñando el Tesoro de Villena. José Mª Soler (1905-1996) VISITA LOS MUSEOS DE TU CIUDAD.
visita su web... www.museovillena.com
EL TESORO DE VILLENA
Historia
El Museo Arqueológico Municipal de Villena se inauguró el 3 de noviembre de 1957 con los materiales reunidos por José María Soler a lo largo de más de cuarenta años de trabajos arqueológicos en Villena y su entorno. El descubrimiento de los tesoros de Villena en 1963 propicia que el Ministerio de Cultura considere la importancia de estas colecciones para crearlo oficialmente en 1967 bajo la denominación de "Museo Arqueológico José María Soler". Desde entonces, los fondos se han incrementado y hoy en día permiten establecer un recorrido histórico de la comarca del Alto Vinalopó, desde el Paleolítico hasta el siglo XX.El Museo cuenta con piezas procedentes de los términos municipales de Biar, Benejama, Campo de Mirra, Cañada, Caudete, Salinas, Sax y Villena, aunque son especialmente relevantes el fabuloso conjunto del Tesoro de Villena, los materiales prehistóricos del Cabezo Redondo, y los ibéricos y medievales de El Puntal de Salinas y del Castillo de la Atalaya, respectivamente.
El Museo Arqueológico Municipal de Villena se inauguró el 3 de noviembre de 1957 con los materiales reunidos por José María Soler a lo largo de más de cuarenta años de trabajos arqueológicos en Villena y su entorno. El descubrimiento de los tesoros de Villena en 1963 propicia que el Ministerio de Cultura considere la importancia de estas colecciones para crearlo oficialmente en 1967 bajo la denominación de "Museo Arqueológico José María Soler". Desde entonces, los fondos se han incrementado y hoy en día permiten establecer un recorrido histórico de la comarca del Alto Vinalopó, desde el Paleolítico hasta el siglo XX.El Museo cuenta con piezas procedentes de los términos municipales de Biar, Benejama, Campo de Mirra, Cañada, Caudete, Salinas, Sax y Villena, aunque son especialmente relevantes el fabuloso conjunto del Tesoro de Villena, los materiales prehistóricos del Cabezo Redondo, y los ibéricos y medievales de El Puntal de Salinas y del Castillo de la Atalaya, respectivamente.
MUSEO ESCULTOR ANTONIO NAVARRO SANTAFÉ
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Horario: Sàbados, Domingos y festivos de 11 a 14 horas. De Martes a Viernes de 10 a 14 horas. Previa concertación.
Concertación de Visitas Guiadas: Oficina de Turismo 965803804
El “Museo Navarro Santafé” fue concebido por el mismo autor en la planta baja de su casa que, anteriormente había sido su estudio. Para acondicionarlo diseñó y realizó los tres hermosos arcos de diferentes estilos arquitectónicos y fue colocando diversos objetos procedentes de su estudio de Madrid: obras escultóricas, pergaminos, escritos, bocetos, fotografías… y otros objetos coleccionados a lo largo de su vida y que, cumpliendo su deseo, fueron donados al municipio por su viuda, tras la muerte del artista. Antonio Navarro Santafé nació en Villena, el 22 de diciembre de 1906, en el hogar de una familia de agricultores. A la edad de 7 años, se traslada a Madrid con parte de su familia. Pronto a de trabajar para ayudar en las necesidades de la casa. Fue maletero, botones, dibujante en los ratos libres, afición ésta que le valió un mecenazgo que le permitió cursar estudios en la Escuela de Artes y Oficios. Poco después pasó al estudio del escultor valenciano Ortells – discípulo de Benlliure – donde, con tan sólo 16 años, realiza su primera escultura: “Campesino”. A partir de 1930 comienza a realizar importantes trabajos, como la serie sobre temas vascos o los encargos de toros y grupos taurinos. Tras el paréntesis de la Guerra Civil, se marcha a Valencia y alterna su obra escultórica con los estudios de dibujo y moldeado que le permitirán ingresar, posteriormente, como profesor en la Escuela Cerámica de Madrid. Poco después fue nombrado profesor de dibujo en el Colegio de San Idelfonso de Madrid y Maestro Cantero del Ayuntamiento de la Villa. Finalmente se retira a Villena, su ciudad natal donde, tras crear el museo que lleva su nombre, fallece en 1983.
Antonio Navarro Santafé cultivó una temática muy diversa que desde la imaginería hasta la escultura animalista, pasando por el retrato y los temas religiosos. Pero, a pesar de su polivalencia, hay que destacar su obra como retratista y como animalista. Testimonio de su gran valía en aquel campo, lo dan los numerosos retratos que nos ha dejado de conocidas personalidades de la época. Como escultor animalista, ocupa un importante lugar en nuestro país. La contemplación de sus obras, noblemente figurativas impresiona al espectador por el profundo conocimiento de la anatomía y el movimiento. Se diría que los animales han posado para él. Visita su web... http://escultornavarrosantafe.com/
Es un excelente ejemplo de construcción burguesa decimonónica. Está ubicada en la Plaza de Santiago y se trata de una casa-palacio de tres plantas más una cuarta retranqueada respecto de la fachada.Su composición es totalmente simétrica, incluso en la situación del acceso. Tiene balcones de cuidada cerrajería en la planta primera y destaca el cuerpo de remate con una logia renacentista italiana.Tras la compra del edificio por la Junta Central de Fiestas para sede de sus instalaciones, alberga las dependencias del Museo Festero.
Por: Concejalía de Turismo-M.I. Ayuntamiento de Villena
Museo del Festero
Este museo se ubica en la llamada "Casa del Festero " en un edificio de cuatro plantas, excelente ejemplo de construcción burguesa decimonónica, y que está situado en la Plaza de Santiago. En su interior se conserva una importante colección de objetos que guardan una estrecha relación con las tradicionales Fiestas de Moros y Cristianos: trajes e imágenes festeras, carteles y programas publicados a lo largo de numerosos años, recuerdos de fiestas anteriores, etc. En el Museo están representados todos los trajes de las catorce comparsas que participan en las Fiestas de Moros y Cristianos en honor de la Patrona de la ciudad, Nuestra Señora María de las Virtudes. Importante es la sección destinada a la conservación de partituras originales de música festera,compañera inseparable de todos los actos que se celebran durante esos días.
Este museo se ubica en la llamada "Casa del Festero " en un edificio de cuatro plantas, excelente ejemplo de construcción burguesa decimonónica, y que está situado en la Plaza de Santiago. En su interior se conserva una importante colección de objetos que guardan una estrecha relación con las tradicionales Fiestas de Moros y Cristianos: trajes e imágenes festeras, carteles y programas publicados a lo largo de numerosos años, recuerdos de fiestas anteriores, etc. En el Museo están representados todos los trajes de las catorce comparsas que participan en las Fiestas de Moros y Cristianos en honor de la Patrona de la ciudad, Nuestra Señora María de las Virtudes. Importante es la sección destinada a la conservación de partituras originales de música festera,compañera inseparable de todos los actos que se celebran durante esos días.
MUSEO DEL BOTIJO
El Museo del Botijo de Villena expone una interesante colección privada de don Pablo Castelo Villaoz, de mas de un millar de ejemplares de todo el mundo. Tan característico de la vida cotidiana española, el botijo aparece representado bajo distintas texturas como cerámica, metal, madera, etc.; así como diferentes tamaños y formas: zoomorfos, vegetales, antropomorfos, arquitectónicos... pertenecientes a distintas épocas y alfares. La singularidad de este Museo radica en que es, junto con el de Argentona, la única colección de Botijos que actualmente pueden visitarse en España.
Todo comenzó asi... Como en casa había un botijo de corcho y metal con la inscripción "Dolores Caturla", éste había de ser el inicio de esta nueva colección y a medida que iba incrementando, más me iba ilusionando y conseguí al principio infinidad de ellos de todos los lugares del mundo.
TICO MEDINA Y PABLO CASTELO
Museo del Botijo
Este museo expone una interesante colección de botijos de todo el mundo, realizada a lo largo de los años por don Pablo Castelo Villaoz, director y propietario del Museo. Contiene más de 1.200 ejemplares de este peculiar objeto. El Museo está ubicado en la casa del director, construida a principios de siglo pero que ha mantenido prácticamente su estructura original, incluida la cocina, que se exhibe con todos los elementos típicos de la época. Se encuentran ejemplares fabricados en materiales muy variados, desde el metal, la madera o el barro cocido. Pero la mayor diversidad aparece en el diseño, que, en algunos botijos, adquiere formas de animales, de vegetales, humanas, de elementos arquitectónicos, etc. junto a otras de mayor complejidad formal. La singularidad de este Museo radica en que es una de las pocas colecciones visitables de toda España.
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