La cabina del automotor número 20 del Chicharra ya está en Villena
El que la sigue, la consigue. Y finalmente, los cuatro villeneros que desde hace tiempo trabajan en la recuperación de la memoria de la Compañía de Ferrocarriles de vía estrecha de Villena a Alcoy y Yecla, la VAY, popularmente conocida en Villena como “El Chicharra”, han conseguido traer a nuestra ciudad la cabina del automotor número 20.
La cabina llegó finalmente a nuestra ciudad el pasado sábado 17 de diciembre, transportada en un camión desde Valencia y suscitando el asombro de todos los vecinos que fueron testigos de su paso por nuestras calles. Se cumplía así el sueño de los cuatro promotores de esta iniciativa –Jerónimo Lázaro, Julio Guillén, Juan María Milán y Gabriel Sarrió, quien tristemente falleció hace unas semanas y no ha podido llegar a ver realizado este sueño–, que han adquirido, pagando de su bolsillo, esta pieza histórica a fin de que en primera instancia pueda ser restaurada, también a su cargo –la restauración va a tener lugar en la empresa local Carrocerías Chicharra, de Juan García Santa– para posteriormente ser cedida al ayuntamiento para su exposición en el futuro Museo de la Ciudad junto a todas las piezas que se van consiguiendo de la que en su día fuera industria puntera de nuestra ciudad, centro neurálgico de la línea y sede de sus talleres, donde se crearon piezas singulares y se dio trabajo a cientos de personas durante años.
La ilusión de estas personas es que, llegado el año 2019, cuando se cumpla el 50 aniversario del cierre de la línea, y presumiblemente ya esté abierto el Museo de Villena, dichas instalaciones alberguen una sala dedicada al Chicharra, a fin de conservar para las generaciones venideras la historia y la memoria industrial de nuestra ciudad, tan ligada al ferrocarril. Para ello, y tras asumir a título personal el coste de la compra de la cabina –al coleccionista y restaurador valenciano Luciano Vañó–, su traslado hasta Villena y su posterior restauración, esperan que el ayuntamiento se haga cargo de su conservación y mantenimiento en las mejores condiciones posibles, que lógicamente pasan por su ubicación en el futuro Museo, una propuesta que cuenta con el respaldo de la directora del mismo, Laura Hernández.
Por falta de sensibilidad, comentan los promotores de la iniciativa a EPdV, “se fueron perdiendo todos los vestigios del Chicharra, materiales, cabinas, automotores construidos en Villena por gente de Villena, desapareciendo o quedando disgregadas esas piezas, pero entendemos que Villena debe recuperar todos los recuerdos que queden de aquel insigne tren y exponerlos como se merecen, y en ello estamos, pues recuperar la cabina nos ha costado aproximadamente un año, además del trabajo realizado para conseguir otras piezas, como las donadas recientemente por Miguel Ybern, Arracada de Oro de Villena 2016 a título individual”, nos explican. Por ello, concluyen, “estamos orgullosos de haber conseguido traer al fin la cabina y de pensar que en poco tiempo podrá ser disfrutada por los vecinos y vecinas de Villena”.
Superado el reto de conseguir la cabina del automotor, ahora llega el más difícil todavía: conseguir el “Coche Breack”, la joya de la corona, o lo que es lo mismo, el vagón de lujo de la línea, que servía para el uso privado del propietario o de las autoridades competentes, aunque este sueño se vislumbra mucho más complicado de conseguir.
Al contrario que el caso del automotor, no se trata de una transacción comercial, sino que es una cuestión política. Desde la empresa pública Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana (FGV) se abandera su propiedad, así como su intención de exhibirlo en el Museo del Trenet de la Marina, en Altea, pese a que jamás circuló por esa línea, pues siempre estuvo guardado, y muy bien cuidado, en las naves de Villena.
No obstante, pese a estos argumentos y pese a los intentos privados y públicos –el alcalde, Francisco Javier Esquembre, se reunía el pasado 3 de junio con el gerente de FGV para solicitar, infructuosamente por el momento, la cesión del Coche Breack–, lo cierto es que la empresa no parece estar por la labor, afirmando que la cesión a Villena “disgregaría la colección museológica”, por lo que habrá que seguir insistiendo para ver hasta dónde se puede llegar.
Carlos Prats
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